- Área: 45 m²
- Año: 2012
-
Fotografías:Eduardo Alarcón Ceballos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Localizado dentro de una zona de carácter industrial y servicios educativos se encuentra el edificio del Centro de Contacto Banorte de Monterrey. Emplazado dentro de un terreno de 14,400m2 colinda con una de las avenidas de mayor afluencia norte-sur del área metropolitana a tan solo unos metros de la ciudad universitaria y el parque niños héroes.
En dicho Inmueble y en una segunda etapa constructiva se anexaran al conjunto otros edificios operativos, que darán servicio a más necesidades mismas de la institución, por lo que se debió reservar el área suficiente de terreno para el crecimiento futuro.
El contexto circundante evoca una imagen fabril y austera, pues en su mayoría se conforma por antiguas fábricas y viejos bodegones. Esta condición motivó la propuesta de un edificio de apariencia mecanizada y sencilla. La fachada monolítica del proyecto, es apenas interrumpida por enrojecidos volúmenes metálicos que sobresalen de un paramento de concreto aparente los cuales contienen funciones interiores de relevancia operativa.
El esquema de distribución interior representaba un desafío funcional: el lograr iluminar naturalmente a la zona central del edificio con una proporción tan horizontal. Esta condicionante provocó que la parte central de cada losa se sustrajera a fin de lograr un vano y un patio interior. El corazón o núcleo “extirpado” de cada piso de oficinas se desplaza aleatoriamente hacia sus fachadas para contener las funciones comunes y de servicio, necesarias para el funcionamiento de 1400 estaciones de atención.
El segundo desafío del proyecto lo presentaba su operación diaria: el movilizar a cerca de 2000 personas diariamente, cumpliendo con los altos niveles de seguridad propios de una institución bancaria. Al levantar el volumen principal de oficinas sobre pilotes, se genera una plaza peatonal entre el sótano de estacionamiento para 800 autos y la zona operativa del edificio, cubriendo las necesidades de flujo de distribución peatonal, así como de áreas de servicio y esparcimiento de los usuarios. Este gran vacío en el edificio articula las circulaciones interiores permitiendo la aplicación de varios filtros de acceso, desde los más públicos hasta los más restringidos.
La piel que recubre perimetralmente al edificio se conforma de un sistema de control solar, que facilita la iluminación natural y disminuye el asoleamiento excesivo. Este tratamiento se repite en tres de las fachadas del volumen, siendo la excepción la cara poniente, fachada principal del centro. Esta cara, se gira para mirar de re-ojo. Con un gesto “trois-quarts-face”, o de perfil, voltea su gran ventanal sobre el parque y direcciona las circulaciones vehiculares de la explanada de acceso.
En esta configuración horizontal, las circulaciones verticales se despliegan como abrazos que se elevan en sus cuatro vértices cardinales como escaleras de emergencia. En las fachadas oriente y poniente se extruyen cubos aleatorios formando un juego de luz y sombras sobre este plano.